1. Fionn Mac Cumhaill
Mac Cumhaill fue un guerrero mitológico celta que logró pescar al «salmón del conocimiento», un pez en el que estaba depositada toda la sabiduría del mundo. Mientras asaba el pescado, Fionn se quemó el dedo pulgar e instintivamente se lo chupó, adquiriendo el saber contenido en el salmón. Desde entonces, Fionn Mac Cumhaill se chupaba el dedo cada vez que quería alcanzar un determinado saber. Una manera muy cómoda de aprender.
2. El hada gritona
La banshee era una mujer que llevaba consigo un presagio de muerte. En ocasiones se presentaba como una anciana vestida de harapos y en otras como una hermosa muchacha. Cuando alguien la veía, soltaba un horrible grito y todo aquel que escuchara el aullido moría.
3. Los pookas
Son los duendes más populares de la mitología celta. A veces se conformaban solo con derribar las cercas de las granjas, matar a los animales y destruir las cosechas. En otras ocasiones los pookas se ponían más pesados y llamaban a las personas por su nombre, llevándose al otro a todo aquel que atendiera su llamado.
4. Los niños cambiados
La leyenda de los changelings o niños cambiados se refiere a las hadas malas que se llevan a los bebés bellos y sanos, dejando en la cuna a otros niños deformes. En su famosa comedia fantástica, Sueño de una noche de verano, Shakespeare hace referencia a un changeling.
5. El trébol
Esta planta es uno de los símbolos de Irlanda. Los celtas creían que el trébol tenía propiedades místicas debido a sus tres hojas en forma de corazón. Los cristianos también le otorgaban un significado especial, al asociarlo con la Santísima Trinidad.
6. Los niños de Lir
Lir fue un señor celta del mar que tuvo 4 hijos en su primer matrimonio. Cuando su esposa murió, Lir se casó con su cuñada, Aoife, quien odiaba a los niños. Aoife llevó a los niños a un lago y los convirtió en unos cisnes que solo podían retomar su forma humana cuando escucharan una campana cristiana. Tuvieron que esperar 900 años, a que San Patricio llegara a Irlanda.
7. San Patricio
El propio patrono de los irlandeses está rodeado de leyendas. Según la tradición, ni siquiera era irlandés, ya que habría llegado a Irlanda desde la isla de Albión, vendido como esclavo. Tras evangelizar Irlanda, fue olvidado y años después los monjes empezaron a contar la historia de que había expulsado de la isla a todas las serpientes. Lo cierto es que Irlanda es la única de las islas de la región británica en la que no hay serpientes silvestres. Se cree que la razón es que cuando surgieron las serpientes, Irlanda estaba bajo las aguas y ya después no quisieron migrar a un lugar tan frío.
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